Silva y Soria, Rosa
ROSA DE SILVA Y SORIA
Laica
Nació, en Fuente de Pedro Naharro, Cuenca, en el año 1882. Tenía cinco hermanos: José, Joaquín, Severiano, Francisco y María del Milagro.
Era ejemplo de moralidad junto con sus hermanos. Con su hermana soltera, María del Milagro, se le recuerda como modelo de piedad, recogimiento y modestia cristiana, de conciencia muy limpia y de buen corazón, dedicada a las obras de caridad, por eso fue blanco de los odios de los milicianos. Por las mañanas iban a Misa y por las tardes rezaban el Rosario en casa. Rosa no podía doblar las rodillas. Dedicaba mucho tiempo a dar consejos a las personas que venían a pedírselos. Cuando rezaba, Rosa aceptaba del Señor la muerte que quisiera enviarle.
Cuando la persecución religiosa se había recrudecido en aquel lugar, en la tarde del 17 de agosto de 1936 fue sacada de su domicilio junto a sus hermanos María del Milagro y Severiano de Silva y Soria, sufriendo los mismos tormentos y malos tratos. Fue asesinada, a pocos kilómetros del pueblo. Perdonando a sus asesinos, entregó su alma a Dios. A los tres hermanos los mataron en la finca de los Eriales, sacándolos del pueblo en un coche y diciéndoles que los llevaban a la estación. Los mataron fuera porque temían a la gente de Horcajo de Santiago que los apreciaba mucho.
Murió asesinada el 17 de agosto de 1936, por la tarde, entre Horcajo y Santa Cruz de la Zarza por su acendrado catolicismo y por odio a la fe de Cristo.
Era ejemplo de moralidad junto con sus hermanos. Con su hermana soltera, María del Milagro, se le recuerda como modelo de piedad, recogimiento y modestia cristiana, de conciencia muy limpia y de buen corazón, dedicada a las obras de caridad, por eso fue blanco de los odios de los milicianos. Por las mañanas iban a Misa y por las tardes rezaban el Rosario en casa. Rosa no podía doblar las rodillas. Dedicaba mucho tiempo a dar consejos a las personas que venían a pedírselos. Cuando rezaba, Rosa aceptaba del Señor la muerte que quisiera enviarle.
Cuando la persecución religiosa se había recrudecido en aquel lugar, en la tarde del 17 de agosto de 1936 fue sacada de su domicilio junto a sus hermanos María del Milagro y Severiano de Silva y Soria, sufriendo los mismos tormentos y malos tratos. Fue asesinada, a pocos kilómetros del pueblo. Perdonando a sus asesinos, entregó su alma a Dios. A los tres hermanos los mataron en la finca de los Eriales, sacándolos del pueblo en un coche y diciéndoles que los llevaban a la estación. Los mataron fuera porque temían a la gente de Horcajo de Santiago que los apreciaba mucho.
Murió asesinada el 17 de agosto de 1936, por la tarde, entre Horcajo y Santa Cruz de la Zarza por su acendrado catolicismo y por odio a la fe de Cristo.