Saiz Blázquez, Julián
JULIÁN SAIZ BLÁZQUEZ
Hojalatero de oficio
Nació, en Priego (según el libro de familia), el día 17 de agosto de 1906. Casado en primeras nupcias con Cristina, que falleció posteriormente, y con Hermenegilda Quicios. Tenía dos hijas: María de los Dolores y María Cristina. Hojalatero de oficio, era un obrero piadoso, de convicciones hondas y prácticas, de honradez sin tacha. Pertenecía a la Juventud de Acción Católica y al Sindicato Católico Obrero.
Al estallar la Guerra Civil y comenzar la persecución religiosa, fue encarcelado en la Provincial, en la checa instalada en el Seminario y en el Cuartelillo sucesivamente, de donde el coche de la muerte, se lo llevó hacia el cementerio. Por el camino, encarándose con los milicianos que lo llevaban, les dijo: “¿Dónde me lleváis?.... Y, siendo un obrero como vosotros, ¿me vais a matar?...”. Entretanto, el coche de la muerte iba pasando por el camino, entre los cadáveres, aun sangrantes de los otros mártires asesinados, y la nueva víctima, obligada a descender del coche, al ver aquel espectáculo sufrió un desvanecimiento, cayó en tierra, y allí le dispararon un tiro en la sien. Murió asesinado el día 14 de noviembre de 1936, de madrugada, en el cementerio de Cuenca, sólo por ser católico practicante y por odio a la fe.
Se recuerda, en Cuenca, su muerte y se le considera mártir de la Iglesia.
Al estallar la Guerra Civil y comenzar la persecución religiosa, fue encarcelado en la Provincial, en la checa instalada en el Seminario y en el Cuartelillo sucesivamente, de donde el coche de la muerte, se lo llevó hacia el cementerio. Por el camino, encarándose con los milicianos que lo llevaban, les dijo: “¿Dónde me lleváis?.... Y, siendo un obrero como vosotros, ¿me vais a matar?...”. Entretanto, el coche de la muerte iba pasando por el camino, entre los cadáveres, aun sangrantes de los otros mártires asesinados, y la nueva víctima, obligada a descender del coche, al ver aquel espectáculo sufrió un desvanecimiento, cayó en tierra, y allí le dispararon un tiro en la sien. Murió asesinado el día 14 de noviembre de 1936, de madrugada, en el cementerio de Cuenca, sólo por ser católico practicante y por odio a la fe.
Se recuerda, en Cuenca, su muerte y se le considera mártir de la Iglesia.