Navarro Moya, Francisco
FRANCISCO NAVARRO MOYA
Farmacéutico. Miembro de la Adoración Nocturna
Nació el día 26 de febrero de 1896 en Valdeolivas (Cuenca). Era el farmacéutico del pueblo. Había estudiado la carrera de Farmacia en Barcelona. Tenía dos hermanas: Felisa y Teresa. Estaba casado con Teresa del Olmo Martínez. Su madre se llamaba María Pía Moya Ramírez y su padre Dionisio Moya. Tuvo un hermano llamado Mariano, que fue Coronel médico de la quinta región de sanidad militar. Solamente tuvo un hijo, llamado Francisco.
Era un católico practicante, animador de las cofradías del pueblo, y socorría con sus limosnas las necesidades de la iglesia parroquial. En el pueblo era muy querido de todos por los favores que hacía, especialmente a los pobres, a quienes repartía todo el trigo recogido de las igualas de la farmacia, sin interés alguno ni plazo para devolverlo. Decía que había que tener tres capitales, uno para la farmacia, uno para vivir y otro para poder prestar. A mucha gente le dio dinero sin pretender que se lo devolviesen.
Llevaba siempre la medalla de la Virgen y el Rosario. Cuidando a su madre enferma, estuvo muchas noches sin dormir, para que no velaran sus hermanas. Atendía día y noche a quién lo necesitara. No quiso ser concejal ni significarse por ningún partido. Pertenecía a la Adoración Nocturna.
Iniciado la Guerra Civil, fue multado, insultado y perseguido por las izquierdas, hasta que el día 4 de octubre de 1936 fue detenido, por rezar el Rosario; también detuvieron a su padre político, don Juan del Olmo, en una planta baja de la Plaza Nueva de Valdeolivas (Cuenca) y luego asesinado con todos los demás del pueblo, por los ideales de la Fe y de la Religión, en una explanada a mano izquierda, pasado Salmeroncillos, el día 4 de octubre de 1936. D. José Argos, sacerdote, les había dado a todos los encarcelados, la absolución.
Era un católico practicante, animador de las cofradías del pueblo, y socorría con sus limosnas las necesidades de la iglesia parroquial. En el pueblo era muy querido de todos por los favores que hacía, especialmente a los pobres, a quienes repartía todo el trigo recogido de las igualas de la farmacia, sin interés alguno ni plazo para devolverlo. Decía que había que tener tres capitales, uno para la farmacia, uno para vivir y otro para poder prestar. A mucha gente le dio dinero sin pretender que se lo devolviesen.
Llevaba siempre la medalla de la Virgen y el Rosario. Cuidando a su madre enferma, estuvo muchas noches sin dormir, para que no velaran sus hermanas. Atendía día y noche a quién lo necesitara. No quiso ser concejal ni significarse por ningún partido. Pertenecía a la Adoración Nocturna.
Iniciado la Guerra Civil, fue multado, insultado y perseguido por las izquierdas, hasta que el día 4 de octubre de 1936 fue detenido, por rezar el Rosario; también detuvieron a su padre político, don Juan del Olmo, en una planta baja de la Plaza Nueva de Valdeolivas (Cuenca) y luego asesinado con todos los demás del pueblo, por los ideales de la Fe y de la Religión, en una explanada a mano izquierda, pasado Salmeroncillos, el día 4 de octubre de 1936. D. José Argos, sacerdote, les había dado a todos los encarcelados, la absolución.