Navarro Zapata, Agustín
AGUSTÍN NAVARRO ZAPATA
Párroco de Henarejos
Don Agustín Navarro Zapata, sacerdote, nació el año 1874 en Fuentelespino de Moya, Cuenca. Sus padres eran muy buenos, por lo que fue educado con buenos principios cristianos. Fue monaguillo, distinguiéndose por su devoción a Jesús Sacramentado y a la Virgen María. Como era niño muy listo y piadoso, sus padres lo llevaron al Seminario de Cuenca, donde cursó todos los estudios eclesiásticos. En el Seminario fue muy querido por el Rector y los Superiores. Sus compañeros le distinguían por su aplicación y comportamiento.
Fue ordenado sacerdote el año 1900, siendo nombrado profesor de Latín en el Seminario hasta el año 1909, que recibió el nombramiento de Párroco de Henarejos. Ya no se movería de este pueblo que dista unos kilómetros de Fuentelespino de Moya, su pueblo natal.
En Henarejos envejeció. Cuando comenzó la persecución religiosa, este anciano sacerdote se vio obligado a huir por los montes, pero fue hallado pronto por los milicianos. Lo condujeron, entre insultos y malos tratos, a Fuentelespino, donde fue encarcelado en el Ayuntamiento y en la Iglesia Parroquial. Le hicieron sufrir enormemente, obligándole a trabajar mucho, cuando por su edad, enfermo y hambriento, carecía de fuerzas. Varios días le obligaron a subir maderos a un piso de una casa en construcción, hasta que extenuado y sin fuerzas, dijo a los que le maltrataban: “Haced conmigo lo que queráis, no puedo más...”.
Entonces los milicianos le dijeron que se lo llevaban de Henarejos a Ademuz. Por el camino lo sometieron a malos tratos físicos y morales, se mofaron de él y, cuando se había recuperado un poco, lo asesinaron en el camino, antes de llegar al lugar indicado. Murió dando testimonio de su fe católica y lo asesinaron por odio a la fe de Cristo. Según la Causa General murió en agosto de 1936: "Fecha del hallazgo del cadáver el 24 de agosto de 1936" en el término municipal de Moya (Cuenca) "con la cabeza destrozada por los disparos de arma de fuego".
Fue ordenado sacerdote el año 1900, siendo nombrado profesor de Latín en el Seminario hasta el año 1909, que recibió el nombramiento de Párroco de Henarejos. Ya no se movería de este pueblo que dista unos kilómetros de Fuentelespino de Moya, su pueblo natal.
En Henarejos envejeció. Cuando comenzó la persecución religiosa, este anciano sacerdote se vio obligado a huir por los montes, pero fue hallado pronto por los milicianos. Lo condujeron, entre insultos y malos tratos, a Fuentelespino, donde fue encarcelado en el Ayuntamiento y en la Iglesia Parroquial. Le hicieron sufrir enormemente, obligándole a trabajar mucho, cuando por su edad, enfermo y hambriento, carecía de fuerzas. Varios días le obligaron a subir maderos a un piso de una casa en construcción, hasta que extenuado y sin fuerzas, dijo a los que le maltrataban: “Haced conmigo lo que queráis, no puedo más...”.
Entonces los milicianos le dijeron que se lo llevaban de Henarejos a Ademuz. Por el camino lo sometieron a malos tratos físicos y morales, se mofaron de él y, cuando se había recuperado un poco, lo asesinaron en el camino, antes de llegar al lugar indicado. Murió dando testimonio de su fe católica y lo asesinaron por odio a la fe de Cristo. Según la Causa General murió en agosto de 1936: "Fecha del hallazgo del cadáver el 24 de agosto de 1936" en el término municipal de Moya (Cuenca) "con la cabeza destrozada por los disparos de arma de fuego".