Guijarro Delicado, Cayo
CAYO GUIJARRO DELICADO
Párroco de Vara de Rey
Nació en San Lorenzo de la Parrilla, Cuenca, el 4 de marzo de 1903. Don Cayo había sentido la vocación sacerdotal desde muy niño, y toda su ilusión era llegar a ser sacerdote, como lo consiguió al ser ordenado de presbítero el día 2 de junio de 1928. Había estudiado en el Seminario Conciliar de San Julián. Ejerció el ministerio sacerdotal en Campillo de Altobuey, Almendros, Fuentelespino, Villagarcía del Llano y Vara de Rey, donde fue detenido.
Era piadoso, celoso de la salvación de las almas y buen orador sagrado, por lo que fue conocido por muchas gentes, aunque también era sencillo, de vida recogida, que no daba motivos para que se fijasen en él. Iniciada la persecución religiosa, los milicianos lo detuvieron y lo llevaron a la Cárcel Provincial de Cuenca, de donde salió a los pocos días. “Sus afanes apostólicos eran interpretados como actividades subversivas”.
En el mes de agosto de 1936, tuvo que refugiarse en una casa de campo; pero fue descubierto. Lo maltrataron bárbaramente y después lo asesinaron. El cadáver fue rociado de gasolina, pero no ardió, y lo enterraron en una cuneta de la carretera, entre Iniesta y Villagarcía del Llano; sus restos fueron exhumados en 1939 y trasladados al cementerio de San Lorenzo de la Parrilla. Murió asesinado el día 9 de septiembre de 1936, en el término de Iniesta, Cuenca, por ser sacerdote y por odio a la fe de la Iglesia Católica.
Era piadoso, celoso de la salvación de las almas y buen orador sagrado, por lo que fue conocido por muchas gentes, aunque también era sencillo, de vida recogida, que no daba motivos para que se fijasen en él. Iniciada la persecución religiosa, los milicianos lo detuvieron y lo llevaron a la Cárcel Provincial de Cuenca, de donde salió a los pocos días. “Sus afanes apostólicos eran interpretados como actividades subversivas”.
En el mes de agosto de 1936, tuvo que refugiarse en una casa de campo; pero fue descubierto. Lo maltrataron bárbaramente y después lo asesinaron. El cadáver fue rociado de gasolina, pero no ardió, y lo enterraron en una cuneta de la carretera, entre Iniesta y Villagarcía del Llano; sus restos fueron exhumados en 1939 y trasladados al cementerio de San Lorenzo de la Parrilla. Murió asesinado el día 9 de septiembre de 1936, en el término de Iniesta, Cuenca, por ser sacerdote y por odio a la fe de la Iglesia Católica.