García Pineda, Juan Francisco
JUAN FRANCISCO GARCÍA PINEDA
Párroco de Villar de Cantos y Ecónomo de Zarza de Tajo
Nació, en Horcajo de Santiago, Cuenca, el día 8 de septiembre de 1908. Fue bautizado en la parroquia de su pueblo natal, al poco tiempo de nacer. Sus padres, fervientes católicos, se llamaban N. García y María Josefa. Tenía una hermana llamada Rosario. Estudió en el Seminario de Cuenca y recibió el Presbiterado el año 1931. Este joven sacerdote, abstraído de toda rencilla política, había tenido a su cargo el cuidado pastoral de dos pequeñas parroquias, Villar de Cantos y Ecónomo de Zarza de Tajo, desarrollando su ministerio con gran celo sacerdotal. Le gustaba mucho el estudio, por lo que dedicaba mucho tiempo a perfeccionar su formación doctrinal, pero sin detrimento del trabajo en la salvación de las almas.
La vida religiosa y la fe católica estaban muy arraigadas en Zarza de Tajo. La devoción a la Virgen de las Candelas, patrona de esta localidad, era de especial solicitud por parte de todos los habitantes. A la hermandad del Santísimo Sacramento pertenecían casi todos los vecinos, así como a la de S. Antonio de Padua. D. Juan Francisco era un sacerdote amable, cariñoso, serio, trabajador, que contaba con la confianza de todos sus feligreses; trataba a todos con gran atención y delicadeza y él se encontraba gozoso y feliz. Un feligrés suyo, habla de la forma siguiente: “Era sacerdote digno, celoso, muy trabajador, serio, pero a la vez amable y cariñoso, que contaba con la confianza de todo el vecindario de parroquia, ya que él trataba a todos con esmerada delicadeza”.
Ya en plena persecución religiosa, fue amenazado de muerte, por lo que huyó a su pueblo natal, Horcajo de Santiago, donde también fue muy perseguido con toda clase de malos tratos, hasta que lo asesinaron el día 29 de agosto de 1936, a las 2 de la madrugada, en la carretera de Tarancón, en el término municipal de Fuente de Pedro Naharro, sólo por ser sacerdote y por odio a la fe de Cristo. Se recuerda su muerte y tiene fama de mártir.
La vida religiosa y la fe católica estaban muy arraigadas en Zarza de Tajo. La devoción a la Virgen de las Candelas, patrona de esta localidad, era de especial solicitud por parte de todos los habitantes. A la hermandad del Santísimo Sacramento pertenecían casi todos los vecinos, así como a la de S. Antonio de Padua. D. Juan Francisco era un sacerdote amable, cariñoso, serio, trabajador, que contaba con la confianza de todos sus feligreses; trataba a todos con gran atención y delicadeza y él se encontraba gozoso y feliz. Un feligrés suyo, habla de la forma siguiente: “Era sacerdote digno, celoso, muy trabajador, serio, pero a la vez amable y cariñoso, que contaba con la confianza de todo el vecindario de parroquia, ya que él trataba a todos con esmerada delicadeza”.
Ya en plena persecución religiosa, fue amenazado de muerte, por lo que huyó a su pueblo natal, Horcajo de Santiago, donde también fue muy perseguido con toda clase de malos tratos, hasta que lo asesinaron el día 29 de agosto de 1936, a las 2 de la madrugada, en la carretera de Tarancón, en el término municipal de Fuente de Pedro Naharro, sólo por ser sacerdote y por odio a la fe de Cristo. Se recuerda su muerte y tiene fama de mártir.