Escudero Olarieta, Vicente
VICENTE ESCUDERO OLARIETA
Capellán de las Carmelitas de Cuenca
Nació, en Cuenca, el 27 de octubre de 1883. Sus padres que, eran buenos católicos, se llamaban: Felipe y Martina y sus hermanos Tomás, Juliana, Policarpo, Santos, Mariano y Raimunda. Estudió en el Seminario de Cuenca y fue ordenado Sacerdote el 24 de junio del año 1909. Era licenciado por la Universidad Pontificia de Granada. Asistió, durante seis años, como familiar, al Obispo de Guadix, Mons. Hernández Mulas. El año 1915 fue profesor auxiliar del Seminario de Cuenca y oficial de Curia. También impartió clases en la Escuela Normal.
En 1920 fue nombrado Capellán de las Carmelitas de Cuenca. Desempeñó este oficio hasta que lo mataron. Sacerdote ejemplar, humilde, piadoso, cumplidor, laborioso, ordenado. Admirado por las religiosas y venerado por cuantos lo conocían. Muy caritativo con los necesitados. Los pobres le amaban como a su padre, y él los socorría generosamente, sin ser conocida su caridad.
El 19 de septiembre de 1936, por la noche, fue detenido por milicianos armados que maltrataron cruelmente a él y su hermana. Los milicianos declararon que iban a matarlo por ser sacerdote. Al ser llevado al cementerio para matarlo, daba reiteradamente vivas a Cristo Rey y a España. En el cementerio de Cuenca fue atado a un árbol, siendo asesinado a tiros de ametralladora, el mismo día 19 de septiembre de 1936, “antes de la medianoche”, exclusivamente por ser sacerdote católico y por odio a la fe católica, gozando desde entonces de fama de mártir.
En 1920 fue nombrado Capellán de las Carmelitas de Cuenca. Desempeñó este oficio hasta que lo mataron. Sacerdote ejemplar, humilde, piadoso, cumplidor, laborioso, ordenado. Admirado por las religiosas y venerado por cuantos lo conocían. Muy caritativo con los necesitados. Los pobres le amaban como a su padre, y él los socorría generosamente, sin ser conocida su caridad.
El 19 de septiembre de 1936, por la noche, fue detenido por milicianos armados que maltrataron cruelmente a él y su hermana. Los milicianos declararon que iban a matarlo por ser sacerdote. Al ser llevado al cementerio para matarlo, daba reiteradamente vivas a Cristo Rey y a España. En el cementerio de Cuenca fue atado a un árbol, siendo asesinado a tiros de ametralladora, el mismo día 19 de septiembre de 1936, “antes de la medianoche”, exclusivamente por ser sacerdote católico y por odio a la fe católica, gozando desde entonces de fama de mártir.