Chico Sáiz, Alejo
ALEJO CHICO SÁIZ
Párroco de Huete
Nació en Villanueva de Guadamejud, Cuenca, el día 17 de febrero de 1872. Hijo de Andrés y María Juliana. Tenía cinco hermanos: Joaquina, José Andrés, Crisanta, Isabel y Arsenio. En su pueblo natal pasó toda la infancia, siendo especialmente cuidado por sus padres. Cursó todos los estudios eclesiásticos en el Seminario Conciliar de San Julián de Cuenca. Fue ordenado Sacerdote el año 1896, siendo nombrado Párroco de Portalrubio. En 1907, pasó de Ecónomo a Bonilla; en 1909, a Párroco de Villalba del Rey y en 1930, a Párroco de Huete, donde encontró la muerte violenta. Era un sacerdote celoso y desempeñó "con acierto y aprovechamiento" su ministerio. En todas sus parroquias dejó "hondas huellas de su laboriosidad y celo por la gloria de Dios".
El inicio de la persecución religiosa llegó a Huete muy violentamente. Fueron profanadas y saqueadas la iglesia parroquial y demás templos de la localidad, perdiéndose innumerables objetos religiosos, muchos de ellos de gran mérito. Don Alejo era de familia acomodada, y en el verano, con permiso del Sr. Obispo, se trasladaba a su pueblo natal, Villanueva de Guadamejud, con sus padres y tres hermanas. En su pueblo natal se encontraba el 2 de agosto de 1936. Allí fue injuriado, insultado y torturado...
“Presentía que el martirio estaba cerca; el día en que fue groseramente insultado, comenzó a prepararse para morir bien y se confesó con otro sacerdote". No quiso huir y cuando fueron a prenderle, ante los milicianos, hizo la señal de la Cruz y oró un rato de rodillas en el suelo mientras los milicianos, estupefactos al principio, se lo permitieron. Cayó enfermo, y, antes de estar repuesto, el 1 de agosto de 1936, fue trasladado, a medianoche, a Huete, por los milicianos, “que lo trataron muy bárbaramente y por fin lo asesinaron con gran crueldad”.
Murió asesinado el 3 de septiembre de 1936, en el sitio llamado “El Júcar”, en el término de Carrascosa del Campo, Cuenca, junto a la carretera de Saelices, a las cuatro de la mañana. Lo mataron por ser sacerdote y por odio a la fe de Cristo. Las gentes lo tienen por mártir.
El inicio de la persecución religiosa llegó a Huete muy violentamente. Fueron profanadas y saqueadas la iglesia parroquial y demás templos de la localidad, perdiéndose innumerables objetos religiosos, muchos de ellos de gran mérito. Don Alejo era de familia acomodada, y en el verano, con permiso del Sr. Obispo, se trasladaba a su pueblo natal, Villanueva de Guadamejud, con sus padres y tres hermanas. En su pueblo natal se encontraba el 2 de agosto de 1936. Allí fue injuriado, insultado y torturado...
“Presentía que el martirio estaba cerca; el día en que fue groseramente insultado, comenzó a prepararse para morir bien y se confesó con otro sacerdote". No quiso huir y cuando fueron a prenderle, ante los milicianos, hizo la señal de la Cruz y oró un rato de rodillas en el suelo mientras los milicianos, estupefactos al principio, se lo permitieron. Cayó enfermo, y, antes de estar repuesto, el 1 de agosto de 1936, fue trasladado, a medianoche, a Huete, por los milicianos, “que lo trataron muy bárbaramente y por fin lo asesinaron con gran crueldad”.
Murió asesinado el 3 de septiembre de 1936, en el sitio llamado “El Júcar”, en el término de Carrascosa del Campo, Cuenca, junto a la carretera de Saelices, a las cuatro de la mañana. Lo mataron por ser sacerdote y por odio a la fe de Cristo. Las gentes lo tienen por mártir.