Rodríguez Fernández, José

  

JOSÉ RODRÍGUEZ FERNÁNDEZ

Joven de Acción Católica de Puertollano
José Rodríguez Fernández nació el 19 de marzo de 1917 en Puertollano (Ciudad Real) y fue bautizado en la Parroquia de Nuestra Señora de la Asunción de esta localidad el día 29 de abril del mismo año por D. Esteban Fernández. Fueron sus padres José Rodríguez Sánchez, de treinta y cuatro años de edad y Petra Fernández Rodríguez, de treinta años, naturales y vecinos de Puertollano, con domicilio en calle de la Encomienda, nº 33.

Manolita Gijón nos cuenta que “José tuvo una vida tan corta en la que no podemos destacar hechos notables a los ojos de los hombres; no así ante los ojos de Dios, pues su vida estuvo llena de virtudes, entre las que podemos destacar su humildad, su sentido del trabajo y obediencia, su testimonio como cristiano, que manifestó desde su más tierna infancia, en la que actuaba como “monaguillo”, miembro después de Acción Católica y abanderado de la misma, ayudando en los oficios religiosos. Todo ello fue motivo para que en los años anteriores a 1936, en los que la Iglesia fue tan duramente perseguida, José sufriera los ataques de esta persecución. Tenía este joven una fe muy arraigada transmitida por su madre…”

Desde muy pequeño fue monaguillo en la Parroquia de Nuestra Señora de la Asunción de Puertollano, animado por el coadjutor D. Jaime Cabañero. El primer día que actuó como monaguillo, el día de Navidad, D. Jaime Cabañero le dijo: ¡Vaya regalo que te ha hecho el Niño Jesús! Quedó huérfano de padre a una edad temprana, (unos diez años) debido a una enfermedad que contrajo su padre en la mina (silicosis) siendo el segundo de cuatro hermanos que quedaron: dos hermanas y otro varón, que tenía tres años. Este matrimonio, de José y Petra, nunca se descuidó de educar a sus hijos en la fe cristiana.

Su madre, al quedar viuda, se ganaba la vida cosiendo y José se colocó de dependiente en la pastelería de Emilio Minguito. Colaboró generosamente tanto en labores apostólicas como en el mantenimiento y decoro del templo etc; sin descuidar su trabajo de repartidor de gaseosas y dependiente de pastelería. Fue instruido musicalmente por el organista y sacristán Donato Luján a quien frecuentemente suplía en las celebraciones litúrgicas.

Pertenecía a la Acción Católica, llevando su bandera en las procesiones durante el tiempo de la República, a lo que se ofrecía voluntariamente. Se destacaba por sus ideas religiosas, sin ocultarlas en aquellos tiempos adversos. Una costumbre familiar era el rezo del Santo Rosario, lo que hacía de rodillas durante la letanía. El miércoles día 22 de julio de 1936, como todos los días, estaban rezando el Rosario y en el último misterio se puso de rodillas y su madre le dijo que no habían llegado a la letanía, pero él continuó de rodillas como si hubiera tenido una corazonada. No habían terminado el rezo del Rosario cuando llamaron a la puerta y dos personas se lo llevaron a la llamada en Puertollano "Casa de Baños", convertida en cárcel. En medio de insultos y blasfemias permaneció detenido hasta que el día 23 de julio fue trasladado a la cárcel de Almodóvar del Campo y el 5 de agosto de 1936 murió fusilado… Fue asesinado a la edad de diecinueve años sin motivaciones políticas y sólo por ser un joven de Acción Católica, de profunda y conocida vida cristiana.