López Cogolludo, Fr. Damián

  

FR. DAMIÁN LÓPEZ-COGOLLUDO

Comunidad de La Puebla de Montalbán (Toledo)
Fr. Damián López-Cogolludo Rodríguez nació en Mora de Toledo el 29 de septiembre de 1850. Sus padres fueron Mariano y Estéfana. Tomó el hábito franciscano el 9 de diciembre de 1878 en Pastrana (Guadalajara). En la misma fecha de 1879 y en el mismo convento hizo su profesión temporal. El 9 de diciembre de 1882 hizo su profesión solemne en Arenas de San Pedro (Ávila).

Los conventos en los que estuvo destinado y los oficios que desempeñó, que se pueden acreditar documentalmente, son éstos: En 1884 era sacristán en Consuegra (Toledo). De 1886 a 1889, cocinero en Pastrana. De 1890 a 1892, enfermero en Arenas de San Pedro. De 1893 a 1895, refitolero en La Puebla de Montalbán (Toledo). De 1895 a 1898, cocinero y hospedero en Almagro (Ciudad Real). De 1900 a 1903 residió en La Puebla de Montalbán. En 1904, en Arenas. En 1907, en el convento de Béjar (Salamanca). En 1910, en el de Consuegra. En 1916, es cocinero en el de Pastrana. De 1917 a 1919, cocinero en Quintanar de la Orden (Toledo). En 1924, en Béjar. Desde 1925 hasta su muerte, perteneció a la comunidad de La Puebla de Montalbán.

Su conducta era edificante, grandes su laboriosidad, su espíritu de oración y la fidelidad a sus obligaciones. Solía llevar con paciencia las contrariedades, era sencillo, humilde y caritativo con sus hermanos de religión y con los pobres que acudían a la portería del convento.

Sufrió el martirio el 31 de julio de 1936 cerca de Toledo, junto con Fr. Raimundo, Fr. Matías y Fr. Antonio, como se narrará más adelante.

Cuando el 24 de julio los franciscanos fueron expulsados del convento, Fr. Raimundo, Fr. Matías y Fr. Antonio fueron acogidos por la misma familia en su casa. Fr. Damián estuvo en otra casa. Los cuatro fueron sacados de la respectiva casa el 31 de julio de 1936 por la mañana y, junto con cuatro varones seglares, conducidos en un camión hacia Toledo, con la excusa usual de que iban a declarar ante el Gobernador. Cerca ya de Toledo, un poco antes de llegar a la antigua Venta del Hoyo, en el kilómetro 4,300 de la carretera de Toledo a Ávila, bajaron del camión a los cuatro franciscanos y a los cuatro seglares y los fusilaron junto a la carretera. Serían las 3 de la tarde del viernes 31 de julio de 1936. Esa misma tarde fueron sepultados por miembros de la Cruz Roja en una misma fosa del cementerio municipal de Toledo, donde permanecen.